El carnicero
DescarnadorEn las paredes de la catedral resonaba el eco constante de los golpes de un hacha. A medida que el príncipe Aidan se abría camino por sus profundidades, el sonido se hacía cada vez más fuerte. No se oía ningún grito, solo ese horrible golpeteo... una y otra vez.
Daño
Utilidad
Supervivencia
Complejidad